Esos cinco dólares hicieron posible crear un mapa físico en la pizarra sobre las pequeñas cosas diarias y semanales que tenía que hacer para alcanzar mis objetivos.
Para el siguiente año obtuve un 80% de mis metas y así cada año un poco mejor que el anterior. Cada pequeño paso es importante y comprar esa pizarra de cinco dólares fue el primero donde escribo los demás pasos a seguir.
Al final ahí escribí mis objetivos financieros, de salud, familia, crecimiento personal y crecimiento espiritual.
Todo detallado sencillamente en días, semanas y meses hasta que todo se convierta en un hábito positivo y sólo tengo que verlas una vez al mes.
Te recomiendo de corazón que hoy busques tu pizarra. Escribas cada una de tus metas para este año (o el resto del mismo) y empieces a crear de a poco el mundo que quieres.
Por una suma tan pequeña como cinco dólares, podrás abrir un mundo de posibilidades que jamás creías posible si tomas acción hoy.
Te deseo lo mejor.