No hay dudas que a los latinos nos encanta lo nuevo, especialmente los vehículos. Y muchos dicen que no hay “olor más bueno” que el “olor a nuevo.” Sin embargo, si tu misión es ahorrar, es obvio que un carro nuevo no es una buena decisión.
Por simple lógica, no es bueno invertir una larga suma de dinero, más intereses del préstamo, más mantenimiento, por un objeto que se devalúa tan rápido como un carro.
Aquí la matemática simple como ejemplo:
Carro nuevo $30,000. El primer año se devalúa en promedio un 25%, que significa que “pierdes” $7,500. Si tomas un préstamo a 60 meses, con una tasa de interés de 3%, el primer año pagas en intereses $900. Este carro te “costó” el primer año $8,400.
El mismo carro usado de dos años cuesta $19,000 (37% de descuento). La tasa de depreciación en el tercer año es 15% “pierdes” $2,960. Y el mismo préstamo a 60 meses y 3.40% es $590 en intereses. Este carro en buenas condiciones te “costó” $3,550.
Como el objetivo es ahorrar, aquí se ahorró $4,850 con un buen carro.
Esta matemática se aplica a toda situación de carro usado, cualquier circunstancia. No gastes tu dinero que te ganas con trabajo duro en un carro nuevo simplemente por “darte gusto”. Al final, si eres rico, hazlo. Si no aguantas las ganas, hazlo. Si eres débil con lo nuevo, hazlo. Pero entiende que no es una decisión inteligente.
Nota: tasa promedio de devaluación de un carro primer año: 25% y años sucesivos 15%. El interés calculado en la amortización de un año en base a las tasas dichas anteriormente.
Saludos cordiales!
